Pablo Emilio Escobar Gaviria (Rionegro, 1º de diciembre de 1949 - † Medellín, 2 de diciembre de 1993), fue el más poderoso narcotraficante colombiano conocido. También ejerció como político y fue elegido Senador suplente para el Congreso de la República de Colombia en 1982.
Como líder del cartel de Medellín, fue el jefe máximo de la mafia colombiana. Con el comercio de cocaína hizo la fortuna más grande del país. Apodado «el Zar de la cocaína», se creía que su fortuna era valorada entre los 5 y 10 mil millones de dolares, pero recientes hallazgos han hecho ver que la venta de drogas le trajo beneficios de entre 20 y 25 mil millones de dólares, entrando en la lista de las 10 personas más ricas del mundo.
Es considerado el peor criminal en la historia de Colombia, donde las autoridades lo vinculan al asesinato de más de 4.000 personas (su principal sicario y "brazo derecho", Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, lo vincula a más de 5.500 asesinatos).
Organizó y financió una extensa red de sicarios y con sus actos terroristas (carros bomba en las principales ciudades) desestabilizó al país y se constituyó en uno de los criminales más buscados del mundo a comienzos de los años 1990. Tras fugarse de la cárcel, en julio de 1992, el Gobierno de Colombia destinó unos cuatro mil efectivos e ingentes recursos para recapturarlo hasta que, luego de 17 meses de intenso rastreo, lograron localizarlo en un suburbio de Medellín, donde murió abatido por la policía.Familia [editar]
Su familia estaba conformada por Victoria Henao, con quien se casó cuando ésta tenía quince años en 1976, y sus dos hijos, Juan Pablo y Manuela. Después de la muerte de Escobar salieron del país, pero fueron devueltos en cuanto pisaron España, corriendo con la misma suerte en Alemania. Finalmente se instalaron en Buenos Aires, donde han tenido varios problemas legales. Para alejar el estigma de tener el apellido de Escobar, decidieron cambiarse de nombre. Así, Victoria pasó a llamarse María Isabel Santos Caballero, Juan Pablo es ahora Juan Sebastian Marroquín y Manuela se llama Juana.
En abril de 2003 aparecieron en Medellín carteles con la leyenda "Pablo Presidente". Tras retirar los afiches e iniciar una investigación, las autoridades establecieron que se trataba de una intervención artística de un joven bogotano.
El 11 de diciembre de 2009, su hijo Juan Pablo dio la cara públicamente y en la promoción del documental biográfico Pecados de mi padre pidió perdón a todas las familias que fueron víctimas de la violencia del narcotráfico.[4]
El 8 de noviembre de 2006, días después de la muerte de su madre Hermilda, el cadáver de Escobar fue exhumado por orden de Nicolás Escobar, sobrino de Pablo e hijo de Roberto Escobar Gaviria, alias El Osito. Sebastián Marroquín acusó a su primo de haber vendido las imagénes de la exhumación a la televisión (éstas fueron transmitidas en directo[5] ) y de lucrarse con la memoria del capo. La disputa familiar se hizo más profunda tras conocerse que Nicolás se quedó con tres dientes y un pedazo del bigote que aún quedaba en la osamenta, aunque él alega que las conservó para realizar pruebas de ADN que resolverían los reclamos de paternidad de dos supuestos hijos del narcotraficanteFamilia [editar]
Su familia estaba conformada por Victoria Henao, con quien se casó cuando ésta tenía quince años en 1976, y sus dos hijos, Juan Pablo y Manuela. Después de la muerte de Escobar salieron del país, pero fueron devueltos en cuanto pisaron España, corriendo con la misma suerte en Alemania. Finalmente se instalaron en Buenos Aires, donde han tenido varios problemas legales. Para alejar el estigma de tener el apellido de Escobar, decidieron cambiarse de nombre. Así, Victoria pasó a llamarse María Isabel Santos Caballero, Juan Pablo es ahora Juan Sebastian Marroquín y Manuela se llama Juana.
En abril de 2003 aparecieron en Medellín carteles con la leyenda "Pablo Presidente". Tras retirar los afiches e iniciar una investigación, las autoridades establecieron que se trataba de una intervención artística de un joven bogotano.
El 11 de diciembre de 2009, su hijo Juan Pablo dio la cara públicamente y en la promoción del documental biográfico Pecados de mi padre pidió perdón a todas las familias que fueron víctimas de la violencia del narcotráfico.[4]
El 8 de noviembre de 2006, días después de la muerte de su madre Hermilda, el cadáver de Escobar fue exhumado por orden de Nicolás Escobar, sobrino de Pablo e hijo de Roberto Escobar Gaviria, alias El Osito. Sebastián Marroquín acusó a su primo de haber vendido las imagénes de la exhumación a la televisión (éstas fueron transmitidas en directo[5] ) y de lucrarse con la memoria del capo. La disputa familiar se hizo más profunda tras conocerse que Nicolás se quedó con tres dientes y un pedazo del bigote que aún quedaba en la osamenta, aunque él alega que las conservó para realizar pruebas de ADN que resolverían los reclamos de paternidad de dos supuestos hijos del narcotraficante.
Como líder del cartel de Medellín, fue el jefe máximo de la mafia colombiana. Con el comercio de cocaína hizo la fortuna más grande del país. Apodado «el Zar de la cocaína», se creía que su fortuna era valorada entre los 5 y 10 mil millones de dolares, pero recientes hallazgos han hecho ver que la venta de drogas le trajo beneficios de entre 20 y 25 mil millones de dólares, entrando en la lista de las 10 personas más ricas del mundo.
Es considerado el peor criminal en la historia de Colombia, donde las autoridades lo vinculan al asesinato de más de 4.000 personas (su principal sicario y "brazo derecho", Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, lo vincula a más de 5.500 asesinatos).
Organizó y financió una extensa red de sicarios y con sus actos terroristas (carros bomba en las principales ciudades) desestabilizó al país y se constituyó en uno de los criminales más buscados del mundo a comienzos de los años 1990. Tras fugarse de la cárcel, en julio de 1992, el Gobierno de Colombia destinó unos cuatro mil efectivos e ingentes recursos para recapturarlo hasta que, luego de 17 meses de intenso rastreo, lograron localizarlo en un suburbio de Medellín, donde murió abatido por la policía.Familia [editar]
Su familia estaba conformada por Victoria Henao, con quien se casó cuando ésta tenía quince años en 1976, y sus dos hijos, Juan Pablo y Manuela. Después de la muerte de Escobar salieron del país, pero fueron devueltos en cuanto pisaron España, corriendo con la misma suerte en Alemania. Finalmente se instalaron en Buenos Aires, donde han tenido varios problemas legales. Para alejar el estigma de tener el apellido de Escobar, decidieron cambiarse de nombre. Así, Victoria pasó a llamarse María Isabel Santos Caballero, Juan Pablo es ahora Juan Sebastian Marroquín y Manuela se llama Juana.
En abril de 2003 aparecieron en Medellín carteles con la leyenda "Pablo Presidente". Tras retirar los afiches e iniciar una investigación, las autoridades establecieron que se trataba de una intervención artística de un joven bogotano.
El 11 de diciembre de 2009, su hijo Juan Pablo dio la cara públicamente y en la promoción del documental biográfico Pecados de mi padre pidió perdón a todas las familias que fueron víctimas de la violencia del narcotráfico.[4]
El 8 de noviembre de 2006, días después de la muerte de su madre Hermilda, el cadáver de Escobar fue exhumado por orden de Nicolás Escobar, sobrino de Pablo e hijo de Roberto Escobar Gaviria, alias El Osito. Sebastián Marroquín acusó a su primo de haber vendido las imagénes de la exhumación a la televisión (éstas fueron transmitidas en directo[5] ) y de lucrarse con la memoria del capo. La disputa familiar se hizo más profunda tras conocerse que Nicolás se quedó con tres dientes y un pedazo del bigote que aún quedaba en la osamenta, aunque él alega que las conservó para realizar pruebas de ADN que resolverían los reclamos de paternidad de dos supuestos hijos del narcotraficanteFamilia [editar]
Su familia estaba conformada por Victoria Henao, con quien se casó cuando ésta tenía quince años en 1976, y sus dos hijos, Juan Pablo y Manuela. Después de la muerte de Escobar salieron del país, pero fueron devueltos en cuanto pisaron España, corriendo con la misma suerte en Alemania. Finalmente se instalaron en Buenos Aires, donde han tenido varios problemas legales. Para alejar el estigma de tener el apellido de Escobar, decidieron cambiarse de nombre. Así, Victoria pasó a llamarse María Isabel Santos Caballero, Juan Pablo es ahora Juan Sebastian Marroquín y Manuela se llama Juana.
En abril de 2003 aparecieron en Medellín carteles con la leyenda "Pablo Presidente". Tras retirar los afiches e iniciar una investigación, las autoridades establecieron que se trataba de una intervención artística de un joven bogotano.
El 11 de diciembre de 2009, su hijo Juan Pablo dio la cara públicamente y en la promoción del documental biográfico Pecados de mi padre pidió perdón a todas las familias que fueron víctimas de la violencia del narcotráfico.[4]
El 8 de noviembre de 2006, días después de la muerte de su madre Hermilda, el cadáver de Escobar fue exhumado por orden de Nicolás Escobar, sobrino de Pablo e hijo de Roberto Escobar Gaviria, alias El Osito. Sebastián Marroquín acusó a su primo de haber vendido las imagénes de la exhumación a la televisión (éstas fueron transmitidas en directo[5] ) y de lucrarse con la memoria del capo. La disputa familiar se hizo más profunda tras conocerse que Nicolás se quedó con tres dientes y un pedazo del bigote que aún quedaba en la osamenta, aunque él alega que las conservó para realizar pruebas de ADN que resolverían los reclamos de paternidad de dos supuestos hijos del narcotraficante.
Familia [editar]
Su familia estaba conformada por Victoria Henao, con quien se casó cuando ésta tenía quince años en 1976, y sus dos hijos, Juan Pablo y Manuela. Después de la muerte de Escobar salieron del país, pero fueron devueltos en cuanto pisaron España, corriendo con la misma suerte en Alemania. Finalmente se instalaron en Buenos Aires, donde han tenido varios problemas legales. Para alejar el estigma de tener el apellido de Escobar, decidieron cambiarse de nombre. Así, Victoria pasó a llamarse María Isabel Santos Caballero, Juan Pablo es ahora Juan Sebastian Marroquín y Manuela se llama Juana.
En abril de 2003 aparecieron en Medellín carteles con la leyenda "Pablo Presidente". Tras retirar los afiches e iniciar una investigación, las autoridades establecieron que se trataba de una intervención artística de un joven bogotano.
El 11 de diciembre de 2009, su hijo Juan Pablo dio la cara públicamente y en la promoción del documental biográfico Pecados de mi padre pidió perdón a todas las familias que fueron víctimas de la violencia del narcotráfico.
El 8 de noviembre de 2006, días después de la muerte de su madre Hermilda, el cadáver de Escobar fue exhumado por orden de Nicolás Escobar, sobrino de Pablo e hijo de Roberto Escobar Gaviria, alias El Osito. Sebastián Marroquín acusó a su primo de haber vendido las imagénes de la exhumación a la televisión (éstas fueron transmitidas en directo ) y de lucrarse con la memoria del capo. La disputa familiar se hizo más profunda tras conocerse que Nicolás se quedó con tres dientes y un pedazo del bigote que aún quedaba en la osamenta, aunque él alega que las conservó para realizar pruebas de ADN que resolverían los reclamos de paternidad de dos supuestos hijos del narcotraficante
Su familia estaba conformada por Victoria Henao, con quien se casó cuando ésta tenía quince años en 1976, y sus dos hijos, Juan Pablo y Manuela. Después de la muerte de Escobar salieron del país, pero fueron devueltos en cuanto pisaron España, corriendo con la misma suerte en Alemania. Finalmente se instalaron en Buenos Aires, donde han tenido varios problemas legales. Para alejar el estigma de tener el apellido de Escobar, decidieron cambiarse de nombre. Así, Victoria pasó a llamarse María Isabel Santos Caballero, Juan Pablo es ahora Juan Sebastian Marroquín y Manuela se llama Juana.
En abril de 2003 aparecieron en Medellín carteles con la leyenda "Pablo Presidente". Tras retirar los afiches e iniciar una investigación, las autoridades establecieron que se trataba de una intervención artística de un joven bogotano.
El 11 de diciembre de 2009, su hijo Juan Pablo dio la cara públicamente y en la promoción del documental biográfico Pecados de mi padre pidió perdón a todas las familias que fueron víctimas de la violencia del narcotráfico.
El 8 de noviembre de 2006, días después de la muerte de su madre Hermilda, el cadáver de Escobar fue exhumado por orden de Nicolás Escobar, sobrino de Pablo e hijo de Roberto Escobar Gaviria, alias El Osito. Sebastián Marroquín acusó a su primo de haber vendido las imagénes de la exhumación a la televisión (éstas fueron transmitidas en directo ) y de lucrarse con la memoria del capo. La disputa familiar se hizo más profunda tras conocerse que Nicolás se quedó con tres dientes y un pedazo del bigote que aún quedaba en la osamenta, aunque él alega que las conservó para realizar pruebas de ADN que resolverían los reclamos de paternidad de dos supuestos hijos del narcotraficante
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